sábado, 1 de septiembre de 2012

El Hospital embrujado de Osorno

El edificio comenzó a ser levantado en 1947 por el constructor Olegario Ubilla y el arquitecto Carlos Buschmann. El proyecto fue iniciado por la Corporación de Beneficencia de Osorno, según dan cuenta los diarios de la época, y allí se pretendía emplazar una de las más modernas clínicas del país, por lo que no se escatimaron recursos.
El proyecto original contemplaba siete pisos. En el subterráneo se emplazarían las lavanderías, crematorios de basura y cocina. En el primero el hall de acceso, la sala de infecciosos y los laboratorios de rayos X. Sobre él iban a estar el sector de medicina general y comedores. En el tercero y cuarto medicina general y cirugía. El quinto iba a ser la maternidad y el sexto pabellones, para dejar al séptimo como los dormitorios del personal.

A fines de 1948 la obra gruesa había concluido, demandando una inversión cercana a los mil cien millones de pesos, traducidos a moneda actual. Sin embargo, la construcción se detuvo ya que según se dijo en la época, el edificio se estaba hundiendo. Sin embargo, Tobías Farkas, una vez que adquirió el terreno trajo al mejor ingeniero calculista del país, Francisco Arias, para que hiciera un estudio de la infraestructura. El resultado fue categórico: "la obra jamás se hundió".
Para el arquitecto Hugo Fuentes, quien participó en una revisión del edificio en 1997, "éste se halla en perfectas condiciones, ya que no se hunde como se dijo antiguamente, sino que como tiene un subterráneo que quedó abierto durante varios años y comenzó a llenarse de agua, parece que se hubiese hundido". La causa por la cual no se culminó su construcción fue que se habría hecho una mala evaluación de los costos y los mandantes se quedaron sin dinero, explicó Fuentes.
Si bien el profesional agregó que el edificio tiene una estructura muy bien dimensionada y con fuertes rasgos racionalistas, ya que Buschmann fue uno de los impulsores de esa tendencia, se halla en buen estado, ya que incluso sobrevivió al terremoto de 1960.

Nadie sabe con certeza cuándo aparecieron las extrañas escrituras en el séptimo piso del abandonado edificio que se levanta en el sector de Pilauco. Sin embargo, una cosa está clara, y es que con el paso del tiempo la presencia allí de textos bíblicos escritos en doce lenguas se ha convertido en uno de los mayores mitos urbanos de la ciudad.
De hecho, según explica la cuidadora que celosamente desata los alambres que abren una gran puerta de madera puesta para impedir el paso de los intrusos: "tenemos que tener cuidado y estar atentos, ya que los jóvenes de los liceos siempre tratan de entrar a ver qué es lo que hay allá arriba".

La oración del "Padre Nuestro", enseñada por Jesús a sus apóstoles, fue traducido a doce lenguas. Así lo verificó el sociólogo Humberto Lagos.

MUERTES
No está claro cuándo fueron creados los escritos, aunque se ve que demandaron un largo y paciente trabajo. Ello por cuanto las paredes del séptimo piso, que es una especie de torre que sobresale de la estructura principal, fueron pintadas y sobre ellas estamparon lo que en apariencia es la oración del "Padre Nuestro" en doce diferentes lenguas: español, mapudungún, aymara, finlandés, inglés, hebreo, francés, turco, japonés y latín, entre otros; además de pasajes bíblicos donde se hace mención al poder de Dios.
Según Tobías Farkas, empresario osornino que actualmente es propietario del terreno donde se emplaza la construcción, los textos ya estaban allí cuando él adquirió el predio, hace ya más de diez años. "Ahí se juntaban frecuentemente jóvenes a beber y hacer otras cosas. Incluso hubo varias muertes. Algunos cayeron por el lugar donde se iba a habilitar el ascensor y también una mujer fue a botar su guagua", cuenta. El mismo empresario explicó que tras comprar el sitio prefirió desaguar el subterráneo, que era uno de los lugares peligrosos ya que allí habría muerto una persona ahogada, y además cerró el acceso para impedir que siguieran ingresando más personas.
El ambiente de ruinas que mostró por años la construcción invitaba a los amantes de lo oculto, y quienes buscaban un lugar para drogarse. De hecho algunos vecinos que residen cerca de la construcción explican que varios años atrás corría el rumor que hasta el lugar llegaban personas a hacer extraños ritos.
Fue justamente el abandono en que estuvo por años, ya que fue comenzado a construir en 1947 y sólo un año más tarde se detuvieron las obras, lo que sirvió para que comenzara a tejerse en torno al edificio un verdadero mito, que se vio incrementado el día en que aparecieron los escritos hace más de 15 años, según recuerdan algunos osorninos que dicen haber escuchado el rumor en la década del 80.

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